«No te preocupes, las elecciones y prioridades cambian con el tiempo, lo que no te hace menos valioso. No olvides que eres tu mayor prioridad para toda la vida y que no tiene fecha de vencimiento. ¡Trabaja siempre en ti mismo!»

Hasta el momento en que me di cuenta que el Marketing Digital y la educación serán parte esencial de mi trabajo y existencia, no difiere mucho de las historias de vida de otros jóvenes de mi entorno. Ya durante sus estudios en la Facultad de Economía, el marketing en Internet ya había cobrado un impulso imparable, infiltrándose en cada poro de la sociedad y sus electores. Con eso, aproveché la oportunidad para hacer realidad mi sueño, hacer aquello para lo que me educaron y, en el camino, obtener educación adicional, aprender el idioma, conocer gente nueva y oportunidades.

Cuando me conocí lo suficiente a través del campo del Marketing Digital, decidí firmemente trasladar todos mis conocimientos y filosofía de vida práctica a mis alumnos. Puedo decir libremente que hoy espero con más ansias el éxito de mis alumnos en el campo del marketing y las ventas en Internet que algunos de mis proyectos.

Escuchando al mercado, vi numerosas deficiencias en la educación actual. Eso me motivó a compartir mi experiencia práctica y mis conocimientos con las personas que más lo necesitan: ¡los futuros responsables de marketing digital!

¡El concepto de mi educación es totalmente diferente! La atención se centra en el trabajo práctico, es decir. en la aplicación directa al (futuro) negocio de los participantes de todo lo que aprendemos. No mentamos: Internet está lleno de teoría, ¡lo que falta es práctica! Mis alumnos pueden presumir de haber conseguido sus primeros trabajos y clientes durante sus estudios. Después de algunas lecciones, lograron sacar provecho de su inversión en educación. Un buen número de ellas siguen funcionando con éxito hoy, después de algunos años, tanto en el mercado nacional como en el exterior.

Lo más importante es que me acerco a cada alumno de forma individual, porque no todos tenemos las mismas necesidades, ni adquirimos nuevas habilidades de la misma forma, a la misma velocidad.